Un dia ......
Barcelona ....
volverá a tener unas Ramblas donde se pueda pasear con tranquilidad

Mirando a Las Ramblas con nostalgia

Lejos han quedado aquellos días que Las Ramblas invitaban a un tranquilo paseo dominical en familia. Son otros tiempos y todo ha cambiado, aunque lamentablemente para mal.

Hemos pasado de tener el paseo más bonito del mundo a tener un almacén de tiendas de souvernirs horribles, prostitutas, chorizos, bolseros, trileros, borrachos, mendigos y turistas de gama baja que se creen que esto es jauja y pueden mear en cualquier esquina. Lo peor de Europa y lo peor del tercer mundo parecen haberse puesto de acuerdo para conquistar un espacio que hasta hace poco era patrimonio de los barceloneses. Porque sólo hace falta apartarse unos metros de la calzada central y en cualquier esquina de una calle lateral los vómitos y el nauseabundo olor a orina campan a sus anchas ofreciendo una lamentable estampa de nuestra ciudad. Las peleas entre prostitutas, y las nigerianas que te agarran del brazo ofreciendo sin ningún pudor una mamada por 20 euros son estampas habituales.

Poco queda de autóctono en Las Ramblas. El comercio local ha ido desapareciendo y ha sido sustituido por tiendas de souvenirs, llenas de toros, sombreros mejicanos y trajecitos de bailaora que para nada se identifican con nuestra cultura. Tampoco le ha ido mejor al sector de la restauración. Salvo alguna honrosa excepción la oferta que domina son los kebabs, las hamburguesas y la comida rápida, las paellas infectas, las cervezas a litros y la sangria. Quien debería haber controlado las licencias municipales de apertura de comercios ha hecho una clara dejadez de sus funciones al haber permitido a través de las licencias que han concedido la degradación del comercio en esa zona.

En pocos años hemos conseguido el dudoso honor de hacer figurar Las Ramblas en las guías turísticas japonesas y europeas como un lugar extremadamente peligroso y poco recomendable.

El problema es que no son sólo Las Ramblas. Las calles adyacentes, Ferran, Nou de Rambla, Hospital, etc están plagadas de fincas que sólo son para turistas, de kebabs malolientes, de colmados de pakistanies y de tiendas de souvenirs. Los alrededores de la Sagrada Familia o el Parc Guell, también sufren situaciones similares. La política turística de nuestros dirigentes ha provocado que lo más cutre del turismo se sienta atraído por nuestra ciudad permitiendo la degradación tan alarmante que sufren lugares emblemáticos de nuestra Barcelona.

¿Y mientras tanto los ciudadanos de Barcelona que hacemos? Poco o nada. Nos limitamos a no acudir a estos lugares dandolos por perdidos y recordando con nostalgia el esplendor que habían tenido en épocas pasadas. Cada día hay más gente que hace años que no se pasea por

Es una gangrena que ha empezado en Las Ramblas y se va extendiendo por toda la ciudad. Y cuando un miembro está gangrenado, debe tomarse una solución drástica por dura que sea para que la gangrena no se extienda por todo el cuerpo. La pérdida de identidad, prestigio y turismo de calidad serán a la larga las consecuencias lógicas de todo este desaguisado. En definitiva, un mal negocio para nuestra ciudad.

Barcelona, noviembre de 2011

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